domingo, 22 de septiembre de 2013

Sé de dónde vengo y a dónde no quiero regresar

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Foto © Yahoo! Deutschland

Hoy son las elecciones número 18 del Parlamento Alemán. Es un día más en el que ejerzo mi voto directo y libre, en el que me alegro una y mil veces de haber salido de Cuba.

En total me encontraré a lo sumo 34 partidos políticos en la boleta. Debo marcar solamente dos cruces: una por el que debe dirigir el municipio donde vivo y otra por el que determinará los asientos en el Parlamento y regirá al país. Los candidatos al Parlamento son 4451, de ellos 1149 mujeres.

Hoy, nada de ovejas tocando a la puerta de otras ovejas para que vayan a votar por quienes después repetirán Beee para mantener en el poder únicamente a quienes han llevado al país al fracaso económico, político y moral (y mejor no sigo con la lista, que es larga), como en el caso de Cuba. No, en Cuba las elecciones son todo menos democráticas.

Hoy, sé de antemano quiénes serán las personas que ejercerán su mandato, si salen elegidas, en todos los niveles posibles. Y si los que salen no hacen bien su trabajo, pues a los cuatro años probablemente no dirijan más el país: otros los sustituirán en las nuevas elecciones.

Cómo han quedado las constelaciones de partidos en los diferentes gobiernos desde 1949 se puede apreciar en la siguiente imagen:

Imágen © Wikimedia Commons

Yo sé por quién voy a votar en breve.

Y sé también por quién nunca lo haré. Así se lo he hecho saber a quienes me han preguntado directamente: No, ningún partido con orientación comunista tendrá mi voto. Ni ahora ni nunca. Ser comunistas con la barriga llena y apoyar a la dictadura castrista es muy cómodo de lejos. Sé en lo que se transforman los comunistas cuando llegan al poder. Sé de dónde vengo y a dónde no quiero regresar.

Foto © Rolando Pulido
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